domingo, 14 de marzo de 2010

Dia 43

Una vez, sin que te dieras cuenta, mientras dormías, te arranqué un pelo de la cabeza y me lo guardé. Después lo hilvané en mi costado y allí permaneció durante cuarenta días, tu pelo se nutria de mi y yo de él, en una relación simbiótica perfecta.
Trascurrido el tiempo necesario deshice el hilván y te coloqué el pelo en su sitio, en el mismo lugar de dónde lo había cogido, pero modificado y mejorado.
Sólo yo sé cual es ese pelo, tú, ya te digo que ni te diste cuenta.

viernes, 5 de marzo de 2010

A de amarillo.

Aquel al que yo alimente
de verde y de amarillo


Aquel al que yo toque
el odio y el oído


Aquel que sea hierba,
savia nueva y oro.


Aquel al que yo ame
no será más que un soplo,
un minuto muy lento.